Desde el Ministerio de Economía se decidió imponerle a todos los ministerios un durísimo control trimestral del gasto. Una vez cumplidos los tres meses, el Palacio de Hacienda revisará el nivel de ejecución de las partidas y los ministros perderán lo que no hayan gastado.

En los casos de ejecuciones de gasto anula se exigirá a los ministros que presentes cuotas de ejecución trimestrales, para facilitar la auditoria. La decisión se enmarca en el acuerdo con el FMI, que exige para este año bajar el déficit del Estado del 2,5 del PBI al 1,9 por ciento.

La medida es el corazón de un amplio intento de ordenamiento de la ejecución presupuestaria que conduce el experimentado secretario de Hacienda, Raúl Rigo, quien impulsó una actualización de la clasificación de los recursos que se giran a los ministerios "por rubros, por objeto del gasto y las respectivas clasificaciones económicas derivadas de éstas", según consta en una resolución publicada hoy en el Boletín Oficial.

Con esta nueva clasificación el mensaje que envía el Ministro es que va a ser estricto respecto al incumplimiento de la ejecución presupuestaria prevista y ante esa situación, la imposibilidad de prorratear esos fondos

En el gabinete leyeron la decisión como un mecanismo para avanzar con el ajuste de los gastos del Estado sin necesidad de recortar fondos explícitamente. "Con la nueva clasificación, la ejecución pasa a ser trimestral. La particularidad del caso es que todas las erogaciones previstas en ese período que no fueran ejecutadas en ese plazo, no se pueden utilizar en el período siguiente. Lo que no se gastó, no se puede gastar mas adelante", detalló una fuente del gobierno.

A modo de ejemplo Kalos explica que "las partidas no ejecutadas en el trimestre correspondiente por cierto ministerio, también podrían ser reasignadas a otros fines dado que son facultades habilitadas por el Congreso".