Asumido el Gobierno del Frente de Todos, desde el primer día de gestión allá por diciembre de 2019, las cosas no fluyen ni funcionan en el ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, presidido por Matías Lammens, hombre del riñón del presidente Alberto Fernández.

Con claras deficiencias y retardos (como cualquier otra de las orbitas del Estados Nacional en el contexto actual), en rigor la cartera de Lammens gestiona en materia de turismo gestiona, lo que sí no funciona es la sinergia con la Secretaría de Deportes que conduce la ex Leona y medallista olímpica, Inés Arrondo, quien también se arroga la confianza del primer mandatario.

La realidad inocultable es la ausencia de sintonía y fuerte recelo entre el ministro y su secretaria. “No hay onda, no hay confianza”, resumen desde el ministerio emplazado en la calle Suipacha al 1111.

Todo se traduce muy sencillo, tal cual detallaron a Argentina Ahora: “Lammens no la quiere como su secretaria de Deportes, ni Arrondo a él como su jefe (ministerial)”. Incluso deslizan “malos tratos” y “nulo diálogo”, especialmente del ministro hacia la ex deportista olímpica.

A todo esto, la falta de sintonía y coordinación producto de la pésima relación que tienen se traduce en la gestión. Prácticamente no comparten actividades conjuntas, no se muestran juntos, no se referencian ni mencionan públicamente. “Turismo y Deportes parecen dos áreas separadas, en lugar de dos estructuras bajo la órbita administrativa de un mismo ministerio”, se detalló.

Para muestra, un botón. La secretaria nacional de Deportes fue sujeto de denuncias y escándalos de los que Lammens se desentendió “olímpicamente”. Por caso, justamente, el año pasado el Comité Olímpico Argentino (COA) emitió un fuerte comunicado de repudio a Arrondo por haber insultado, presionado e intimidado a medallistas olímpicos producto de un escándalo por la discrecional contratación de un oneroso vuelo privado para trasladar a la comitiva que se desempeñaría en el campeonato sudamericano de atletismo que tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador).

“Malos tratos”, esa parece ser la moneda corriente en la gestión de Arrondo que Lammens no se molesta en defender. Esta misma semana, la secretaria de Deportes protagonizó un escandaloso incidente en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) al violentarse con un efectivo de seguridad que, al no reconocerla y pedirle identificación, le cortó el ingreso al predio del barrio de Núñez.

A esto, la ex Leona se violentó verbalmente y hasta mantuvo un forcejeo que le produjo un rasguño en el rostro al empleado de seguridad. Personal de la Policía de la Ciudad de la Comisaría Vecinal 13B, constató el escándalo para iniciar una causa por “lesiones leves”. Poco rato después, acaso quizá intimidado, el lastimado trabajador pidió no avanzar con la denuncia.

No obstante, la causa fue reportada a la Unidad de Flagrancia a cargo del fiscal Norberto Brotto y se dispuso que comiencen las actuaciones. Posteriormente, el expediente fue derivado por territorialidad a la Unidad Fiscal Norte del Ministerio Público Fiscal porteño.

Pese a que el revuelo tomó estado público, el Ministerio de Turismo y Deportes no emitió comunicado alguno aclaratorio del incidente. A la par, Lammens brindó entrevistas periodísticas en la que el escándalo de su secretaria fue omitido intencionalmente. “Para que la va a defender, si no la quiere”, deslizaron a esta agencia al respecto. Lammens y Arrondo, una relación que nació rota y tiene el tiempo contado.