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Caos interno

Berni contra todes: estaría al borde de la renuncia

Sergio Berni debería abandonar su cartera después de las generales.
Sergio Berni debería abandonar su cartera después de las generales.

No lo soportan más. Sus críticas sin filtro, su alto grado de exposición y su predisposición a formular críticas al Gobierno y a funcionarios de Nación y de provincia lo han colocado en posición endeble. Más aún cuando Jorge Lanata denunció su contratación de un ejército de trolls para publicitarse.

Alberto Fernández, Máximo Kirchner, Sergio Massa, la mayoría de los intendentes del Conurbano y el entorno de Axel Kicillof han conseguido ponerse de acuerdo en este punto: Sergio Berni debería abandonar su cartera después de las generales. Si el pedido de renuncia no se produce antes es simplemente porque temen que su salida opere de manera negativa en el electorado. Y, como es sabido, el Frente de Todos no puede resignar más votos.

En el entorno de Berni aceptan que desde el mes de agosto el ministro de Seguridad provincial quería dejar su cargo. Su exclusión de las listas electorales, sumada a reiterados incidentes con la cúpula de la coalición oficialista, terminaron por hartarlo.

Berni se quiere ir, la gestión no quiere que siga. Sólo se mantiene en su cargo por consideración a Cristina Kirchner.

Desde hace tiempo Sergio Berni mantiene un conflicto explícito con Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete impuesto por la intervención de Máximo Kirchner y Sergio Massa en el gobierno provincial de Axel Kicillof. Si bien la relación entre el gobernador y el jefe de la Cámpora atraviesa su peor momento, en este punto están de acuerdo.

Pero aún están muy frescas las heridas que provocaron sus declaraciones sobre la ex Ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Fréderic, e incluso sobre Alberto Fernández. A pesar de los pedidos del presidente, Cristina no movió un dedo para callarlo. Tampoco se expresó ahora que la crisis arrecia.

La noche de la derrota en las PASO, Berni increpó a Máximo en el Búnker de Chacarita. Lo responsabilizó de la derrota y lo calificó de "engreído y caprichoso". Tuvieron que contenerlos para que no se fueran a las manos.

Tampoco están bien las cosas con Sergio Massa, quien en su momento le atribuyó la autoría intelectual del robo de su vivienda en el Tigre.

Con varios intendentes las cosas no están mejor. Fernando Espinosa (La Matanza) lo acusó de organizar marchas por la inseguridad en su distrito. Osvaldo Cáffaro (Zárate) condiciona su continuidad en el Frente de Todos a que ni Berni ni su esposa fueran incluídos en las boletas de la Segunda Sección. El ministro Juan Zabaleta también tuvo discusiones públicas con él, que dejaron resabios.

Hasta ahora tanto Berni como sus adversarios mantienen un incómodo silencio respecto de su eventual salida. El ministro sabe que su continuidad sólo se debe al respaldo de Cristina, pero que sus posibilidades de postularse a la Gobernación o a la Presidencia están liquidadas dentro del Frente de Todos.

Quienes piden su cabeza sólo aguardan a que pasen las generales para evitar un mayor daño electoral. Pero ni uno ni otro podrían asegurar que la situación no estalle antes de tiempo.

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