El líder político Javier Milei protagonizó un nuevo incidente durante su intervención en el Latam Economic Forum, celebrado en Parque Norte, donde exhibió un comportamiento errático en respuesta a la aprobación de una reforma jubilatoria en la Cámara de Diputados. La reforma, consensuada entre el "opoficialismo" y la oposición dura, buscaba proporcionar beneficios a los jubilados, un grupo al que Milei despectivamente se refirió como "viejos meados".

Desafiando las normas de decoro, el aspirante a líder político, quien es más bien un recién llegado al escenario político, mostró una actitud desafiante ante los empresarios presentes, amenazando con vetar cualquier iniciativa legislativa que no concuerde con sus ideas: "Les voy a vetar todo, me importa tres carajos".

Sus comentarios, lejos de reflejar la sensibilidad hacia la población jubilada, denotaron un profundo menosprecio hacia aquellos que han dedicado sus vidas al trabajo y al esfuerzo. Milei parece vivir en una burbuja, rodeado de privilegios y desconectado de las realidades de la mayoría de la población.

Además, Milei reveló su verdadera agenda al admitir que gobierna en favor de los intereses de la timba financiera, priorizando la presentación de cifras maquilladas sobre la verdadera calidad de vida de los ciudadanos. Prometió seguir recortando empleos en el sector público, ignorando las consecuencias sociales y económicas de sus acciones.

Mientras tanto, su gobierno continúa contratando personal tercerizado en el sector público, incrementando la burocracia y favoreciendo a empresas intermediarias, todo ello a expensas de los contribuyentes.

En resumen, las acciones y palabras de Milei reflejan un desprecio flagrante hacia los más vulnerables de la sociedad y revelan su verdadera lealtad a los intereses financieros en lugar de los intereses del pueblo.