En la finalización de una semana plagada de insultos, denuncias de traición y acusaciones de corrupción hacia el gobernador cordobés Llaryora y la cantante Lali Espósito que quedó presa de la maquinaria autoritaria de descrédito oficial, el presidente Javier Milei realizó una transferencia discrecional a la provincia de Corrientes por mil millones de pesos (algo que había prometido que no se haría nunca más en la Argentina) para la transmisión televisiva del Carnaval.

El gobernador gastó millones para contratar a la bailarina Lourdes Sánchez, pero como no es “Lali” parece no significar problema alguno a los ojos de las “fuerzas del cielo”.

El Presidente dice y se desdice sin hacerse cargo de lo que afirma. Ni se cortó un brazo antes de aumentar impuestos, ni le hizo pagar el ajuste a la “casta”, ni dejó de participar del besamanos del “anticristo”.

¿Pragmatismo extremo o alienación? Ahora el tema es el financiamiento de actividades culturales, que sólo merecen su bendición y financiamiento si los organizadores y participantes son sus amigos.

Milei estará en Corrientes para la celebración del décimo aniversario de un club libertario, pero no tiene confirmada aún ninguna reunión con Valdés. Pero el gobernador radical forma parte de los “argentinos de bien”: sus dos diputados levantaron la mano sin chistar en el Congreso cada vez que el gobierno nacional lo requirió.

“No hay plata”, repite la claque oficial. Pero para algunos amigos el argumento no corre.

La organización del Cosquin Rock se realiza con fondos privados y genera grandes ingresos a la provincia y a su sector comercial y turístico. Milei lo ignora o no le importa, distorsiona la realidad, y hasta afirma haber enviado a esa provincia fondos que nunca fueron remitidos.

En el caso correntino, se calló la boca, puso mil millones de pesos, y así fue contratada una estrella del programa de Marcelo Tinelli, Lourdes Sánchez, quien condujo "Corrientes es carnaval", la emisión que se puso al aire esta semana por televisión durante una hora y media.

¿Qué quedó de la transparencia en la gestión de fondos públicos y su crítica de utilización de esos recursos para pagar lealtades políticas? Milei no se cortó un brazo: cooptó a Daniel Scioli. Las fuerzas del cielo tienen una lógica que la razón nunca podrá comprender.