Patricia Bullrich avanza con fuerza en la interna del PRO y suma apoyos fundamentales en su disputa contra el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En su edición dominical, el Diario Clarín manifestó sus preferencias por la presidente del PRO, al tiempo que sembró dudas sobre la honestidad del Jefe de Gobierno porteño, sugiriendo de manera elíptica su vinculación con diversos casos de corrupción.

Y es que Patricia, a diferencia de Rodríguez Larreta, garantiza no sólo la continuidad de la grieta, sino también su profundización: un escenario que le ha sido muy propicio para el grupo multimediático.

Por su parte, Bullrich acepta agradecida el respaldo y actúa en consecuencia. Este sábado, tras sus consabidas críticas a su competidor interno, al que definió como “tibio” e “ineficiente”, enfocó su artillería hacia la vicepresidente Cristina Fernández, desafiándola a que "se anime" a competir con ella.

En declaraciones periodísticas afirmó que Cristina generó “mucha división” en su coalición y entre los argentinos en general, para rematar:

"Que se anime. Que se me anime, que yo la estoy esperando”, fue la bravuconada de la presidente del PRO.

E inmediatamente agregó que “Cristina Kirchner es una mujer fuerte, pero ha generado mucho odio, mucha división. Construyó su figura diciendo que ella es el bien y, el que se opone, es el diablo, la antipatria”.

La presidente del PRO tiene en claro que un escenario de polarización es el que más favorece a su candidatura -y así lo corroboró Clarín al día siguiente-, y que si Cristina fuera la antagonista, sus acciones crecerían significativamente en detrimento de las del Jefe de Gobierno porteño. También tiene en claro que podría atraer a muchos votantes radicalizados que hoy prefieren a Javier Milei.

Pero, claro está, esta estrategia presenta una debilidad estructural que Bullrich parece no tener en cuenta: si Cristina revirtiera su decisión de autoexcluirse, seguramente alentaría a Mauricio Macri a presentar su propia candidatura.

Y es que, más allá de lo que piense de sí misma, frente al jefe original del PRO, Patricia no deja de ser una candidata muletto.