Respaldada por la visita de Mauricio Macri a la inauguración de su búnker, María Eugenia Vidal comenzó a profundizar su perfil de candidata presidencial en momentos en que se intensifica la interna en el PRO con el lanzamiento de Horacio Rodríguez Larreta y el endurecimiento del discurso de Patricia Bullrich. Este viernes se reunió con referentes y vecinos de Santa Fe y los candidatos de Juntos por el Cambio que suenan en esa provincia para suceder a Omar Perotti.

El aumento de hechos de violencia vinculados al narcotráfico fue uno de los temas que más analizó con sus aliados locales. Durante la mañana recorrió la ciudad de Rosario junto a Maximiliano Pullaro, el candidato apoyado por Martín Lousteau, y trazaron un diagnóstico sobre la realidad local de la ciudad junto a posibles soluciones y acciones de mejora en materia de seguridad, según informaron.

El recibimiento que Vidal tuvo entre los vecinos fue una sorpresa para algunos de los dirigentes que la esperaban en Santa Fe. “Después de Macri y Bullrich, es la que más emoción provocó entre los santafesinos”, expresaron en diálogo con Infobae, en un clara intención de aislar a Rodríguez Larreta de esa lista.

En el restaurante Riomio, ubicado en la costanera rosarina, Vidal encabezó un almuerzo con los posibles candidatos a gobernador de Juntos por el Cambio, entre ellos, Carolina Losada, Federico Angelini -vicepresidente del PRO y aliado de Bullrich- y Pullaro. Según pudo reconstruir este medio, durante la comida ratificó su candidatura a presidenta y volvió a insistir en que sólo se bajará en caso de que Macri quiera volver a la pelea nacional.

Su llegada a Santa Fe fue leída como una profundización y ratificación de sus intenciones electorales. Con ese objetivo, mencionó medidas concretas para combatir la inseguridad, como por ejemplo, la modificación de la ley de Defensa Nacional para que las Fuerzas Armadas puedan intervenir en el combate contra el narcotráfico, lo que implica que las militares vayan a las fronteras y agregó: “De nada nos sirve vallar Rosario si la droga sigue entrando a Argentina”.

“Necesitamos tener más control en nuestras fronteras que son un colador, con más presencia y más radarización para Rosario, necesitamos un desembarco de fuerzas federales; que no son 300 ni 800 ni 1.500, son entre 4000 y 5000 efectivos que tienen que llegar desde el primer día a pacificar”, agregó.

Además, recordó que en su paso por el gobierno de la provincia de Buenos Aires “con problemas de narcotráfico graves, bajamos los homicidios en un 36 por ciento, además sacamos 13.000 policías de la fuerza que es la fuerza más grande de la Argentina”.

La estrategia vidalista consiste en estar de dos a tres días en cada provincia y visitar a productores, comerciantes y emprendedores. De hecho, la diputada nacional llegó ayer a Santa Fe y aprovechó para recorrer Rosario junto a Angelini, donde realizaron visitas a medios locales. Ambos pusieron foco en la seguridad y el narcotráfico.