Los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Defensa, Luis Petri, volvieron este lunes a Bahía Blanca, ciudad que los recibió el fin de semana con un escrache de vecinos furiosos por las inundaciones.
Esta vez, sin el diputado José Luis Espert –cuya presencia anterior fue vista como un intento oportunista de potenciar su figura política– y con el presidente Javier Milei ausente por temor a correr la misma suerte, los funcionarios intentaron revertir el mal trago con un operativo de relaciones públicas que incluyó fotos y videos con vecinos agradecidos.
El sábado, Bullrich y Petri vivieron un momento tenso cuando damnificados los enfrentaron con insultos y reclamos como "mojate como nosotros", obligándolos a salir escoltados por la policía. La ministra intentó minimizar el episodio calificando a los manifestantes como "integrantes del Polo Obrero", pero las imágenes se viralizaron y dejaron en evidencia el malestar social.
La presencia de Espert, subido al avión en un aparente guiño electoral para las elecciones en Buenos Aires, fue interpretada como un aprovechamiento político de la tragedia y no pasó desapercibida.
En esta segunda visita, sin el legislador y con Milei optando por no arriesgarse, los ministros cambiaron el tono. "Escuchamos a los vecinos y cumplimos con lo que nos pidieron", afirmó Bullrich, mientras Petri reforzaba: "Vinimos el otro día y volvimos ahora".
Las redes oficiales se llenaron de imágenes de ambos con vecinos que, según ellos, agradecían la ayuda. "Estamos acá, trabajando con esfuerzo y compromiso", insistió Petri, en un esfuerzo por contrarrestar las escenas del fin de semana.
¿Lavada de cara o compromiso real? La ausencia de Espert y la cautela de Milei sugieren que el Gobierno busca controlar el daño tras un traspié que expuso la distancia entre el discurso oficial y la bronca de los afectados.