En la última jugada del gobierno de Javier Milei, se decidió disolver Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF), esa empresa estatal que, al parecer, no tenía mucho de ferroviaria. Claro, para ahorrar 42.000 millones de pesos anuales, el Ejecutivo optó por despedir a 1.388 empleados.
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, con toda la solemnidad del mundo, aseguró que DECAHF no operaba trenes, sino “personal”. Porque, ¿para qué tener una empresa que se dedica a capacitar a empleados cuando podes despedir a esos mismos empleados y llamarlo “eficiencia”? La compañía, que se había creado para "promover y realizar actividades de asistencia técnica y gestión de recursos humanos", terminó haciendo de todo menos eso. Entre contratar artistas para satisfacer necesidades políticas y ejecutar obras innecesarias, su misión se perdió en el camino, y ahora, en un acto de “fiscalización”, el gobierno decidió que lo mejor era prescindir de todos esos trabajadores.
"1388 puestos de trabajo menos y el Estado no va a tener que pagar esos sueldos, lo cual implica un ahorro" ❗️
— El Destape (@eldestapeweb) October 1, 2024
🔴 El secretario de Transporte, Franco Mogetta, anunció el cierre de DECAHF y la eliminación del Instituto Argentino del Transporte. pic.twitter.com/id269MiZSl
Con el ímpetu de un niño que se deshace de sus juguetes rotos, Milei y su equipo están dispuestos a eliminar costos innecesarios (aunque "innecesarios" parece ser un término muy flexible en este contexto). “No podemos permitir que en la Argentina con 53 por ciento de pobres se gaste un peso en sueldos privilegiados”, dijo el secretario, como si despedir a miles de personas fuera la solución mágica a todos nuestros problemas. Es como decir que, para ahorrar en la compra de pan, lo mejor es cerrar la panadería.
Y mientras se van despidiendo a 28.000 trabajadores públicos (más de 9.900 en empresas estatales), el gobierno promete que estos recortes son necesarios para "equilibrar las cuentas públicas". Claro, porque lo primero que hay que hacer cuando la economía está mal es despedir a quienes están en la primera línea de la atención pública…
Por si fuera poco, también se eliminó el Instituto Argentino del Transporte, creado para mejorar el sistema de transporte, que, según el gobierno, “nunca funcionó”. ¿A quién le importa que ese instituto tuviera la tarea de coordinar políticas públicas en un área crítica? Lo que realmente necesitamos son menos instituciones y más promesas vacías de crecimiento económico.
Así que, en este circo de recortes y despidos, sólo podemos reírnos ante la irónica "eficiencia" que este gobierno ha traído a la gestión pública. La pregunta ahora es, ¿quién se queda a operar el tren en este viaje descarrilado? ¡Ah, cierto! No hay trenes, solo la ineficiencia disfrazada de "mejoras".