Allá por octubre de 2022, el dólar blue se cotizaba en la Argentina a 290 pesos y la jubilación mínima era de 50.353 pesos, tiempos difíciles donde La Cámpora pretendía gobernar Hurlingham. En ese entonces, el Centro de Jubilados y Pensionados Güemes de Villa Tesei recibió 1.752.000 pesos según consignan las órdenes de pago que el PAMI Nacional emitió, informa Buenos Aires Ahora.
Lo extraño es que ese dinero, junto con varios millones que ya habían sido girados por PAMI, manejado por La Cámpora, fueron a parar a un centro de jubilados inexistente, "fantasma", porque en la calle Güemes al 4000 de Villa Tesei nunca hubo un centro de jubilados.
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— Melrose (@MelroseAle) July 11, 2022
ACÁ ESTÁ EL NUEVO CHORRO KIRCHNERISTA D LA CAMPORA,LE ROBÓ AL PAMI, HURLINGHAM. Y ASÍ VAN SALIENDO A LA LUZ TODOS LOS CHORROS K
Martin Rodríguez,novio d LuanaVolnovich pic.twitter.com/djHkrYJM4u
Solo con los fondos que se enviaron ese 20 de octubre de 2022, La Cámpora "recaudó" 6.100 dólares estadounidenses, que al cambio de hoy sumarían nada más ni nada menos que 7.500.000 pesos, o lo que es lo mismo 1.500 kilos de carne picada para la mesa de los jubilados.
Esto fue parte de una maniobra de desvío de fondos millonarios desde el PAMI Nacional a cargo de Luana Volnovich, ahora diputada, y su pareja Martin Rodríguez, diputado de Hurlingham y ex Presidente del Concejo Deliberante. Por esos tiempos era intendente interino del distrito Damián Selci, del riñón de Máximo Kirchner, jefe de La Cámpora, que formó parte de la cadena de desvío de fondos y que, junto a María Eugenia Methol, entonces jefa de PAMI Hurlingham y ahora funcionaria de Selci, se usaron para la campaña política, y no para los jubilados, revela Buenos Aires Ahora.
La campaña de Selci, ahora Intendente de Hurlingham, con altísima imagen negativa según las encuestas, se pagó con el dinero de los jubilados. Eso lo tiene claro la justicia, que sigue investigando y que ahora suma estas remesas de dinero como prueba.
Mientras tanto, los vecinos de Hurlingham con calles rotas, luminarias que no funcionan, centros de salud que no atienden y asesinatos en pleno día, ven pasar la vida entre la angustia de la economía, un Selci custodiado por la policía y los micros llenos de militantes para protestar en el Congreso en favor de los mismos jubilados a los que ayer les robaban su dinero para la campaña.