Durante su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Javier Milei lanzó una serie de acusaciones y locuras severas contra el organismo, argumentando que “nadie rinde cuentas” y cuestionando su capacidad para resolver conflictos mundiales. Según su discurso, la ONU habría fallado en su rol fundamental de garantizar mecanismos de responsabilidad y eficacia.
Entre sus afirmaciones centrales, Milei sostuvo que la ONU se ha transformado con el tiempo: “Lo que se está discutiendo aquí no es otra cosa que la profundización de un rumbo que esta institución ha adoptado”, alertó, señalando que dicho rumbo implicaría una evolución hacia un modelo de gobierno supranacional.
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— Javier Milei (@JMilei) September 24, 2025
Cuando empezó a hablar Milei en la ONU se levantaron todos y se fueron jajajajaj 💀 pic.twitter.com/xJhv1pZVSO
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Asimismo, denunció que la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro —instrumentos emblemáticos del organismo— serían herramientas con “un corte socialista” que, a su juicio, violentan el derecho de los Estados a decidir sus políticas.
Milei describió a la ONU como un “leviatán de múltiples tentáculos”, afirmando que ha sido reemplazada por una burocracia internacional que pretende imponer un modo de vida uniforme a los ciudadanos de todas las naciones.
En su discurso, argumentó que el organismo prioriza imponer normativas sobre producción, consumo y vínculos internacionales en lugar de brindar soluciones efectivas ante crisis globales.
También lanzó críticas puntuales: evaluó que la ONU no ha cumplido con su misión de mediar en conflictos importantes como el de Ucrania, y consideró inadmisible su participación en políticas climáticas: en ese sentido, aseguró que los mecanismos ecológicos —como metas de “emisión cero”— afectan desproporcionadamente a los países pobres.
Por eso instó a abandonar la Agenda 2030 y reemplazarla por su propuesta de “Agenda de la libertad”, basada en los principios de vida, propiedad, libertad individual y soberanía.
Las declaraciones de Milei despertaron rechazo inmediato entre varios delegados y observadores, quienes cuestionaron la solidez de su argumentación, su diagnóstico del organismo y su planteo de romper con acuerdos internacionales consensuados.
Algunos diplomáticos hicieron notar que sus críticas se apoyan en una visión teórica más que en una evaluación concreta del funcionamiento interno de la ONU.
En resumen, el discurso de Milei en el foro internacional se planteó como un acto rupturista: acusó a la ONU de falta de responsabilidad institucional, la acusó de imponer agendas ideológicas sobre soberanías nacionales y presentó su propio modelo de relación entre los Estados como alternativa.
Las reacciones internacionales posteriores ya indican que estas declaraciones podrían complicar la posición argentina en organismos multilaterales y los mercados.