El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha enviado varias señales de respaldo al gobierno de Javier Milei en los últimos días, marcando un cambio en la relación del organismo. Entre los gestos más destacados se encuentra el desplazamiento de Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental, quien había tenido una postura crítica hacia las políticas económicas del país.
La salida de Valdés, un economista conocido por su perfil duro frente al país, ha sido interpretada como una señal positiva para el Gobierno de Milei, ya que se espera una postura más flexible por parte del FMI. Esta reestructuración coincide con la postura del organismo de apoyar algunas de las decisiones económicas del presidente argentino, como el reciente veto presidencial, que busca mantener la estabilidad fiscal y evitar mayores desequilibrios en las cuentas públicas.
🚨🚨🚨 #AHORA Tras las críticas de Milei, el FMI desplazó al Director del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, de la negociación con Argentina
— Juan Pablo Marino (@jpmarino79) September 12, 2024
🔹 “Para apoyar de la mejor manera el compromiso constructivo con las autoridades argentinas, el director del Departamento de la…
Además, el FMI ha reconocido la recuperación económica que atraviesa el país en ciertos sectores y ha mostrado disposición para discutir posibles ajustes en los sobrecargos que enfrenta el país por los préstamos otorgados. Este acercamiento se enmarca en una serie de reuniones y contactos que el equipo económico de Milei ha mantenido con funcionarios del Fondo, buscando consolidar un plan que permita al país cumplir con sus compromisos internacionales sin ahogar la economía local.
Los recientes gestos del FMI sugieren un intento de mejorar la relación con Argentina y darle aire al Gobierno de Milei en un momento crítico. Mientras tanto, el equipo económico argentino continúa negociando para reducir las exigencias del organismo y alinear sus políticas con los objetivos fiscales del país.
Este cambio en la dinámica entre el FMI y Argentina podría marcar un punto de inflexión en la relación bilateral, con la posibilidad de que el organismo adopte un enfoque más cooperativo hacia las reformas impulsadas por Milei.