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Cambios

Crece la tensión en el Frente de Todos: Cristina Kirchner no tiene candidato y no hay una carta ganadora

Los dirigentes más cercanos a Cristina Elisabet Kirchner están sin poder hablar o reaccionar ante la duda estratégica de su jefa.
Los dirigentes más cercanos a Cristina Elisabet Kirchner están sin poder hablar o reaccionar ante la duda estratégica de su jefa.

El cristinismo vive un estado de pasmo. Un aterimiento producido no por frío sino por la indefinición política de su líder.

Los dirigentes más cercanos a Cristina Elisabet Kirchner están sin poder hablar o reaccionar ante la duda estratégica de su jefa: dijo en diciembre pasado que no será "candidata a nada" pero alentó luego, un "operativo clamor" que está absolutamente desinflado.

Luego de que CFK manifestara que no sería candidata en las elecciones de 2023, se conformó una mesa para ser el brazo ejecutivo del "clamor". El intendente ultra K de Ensenada, Mario Secco, ofreció sus pagos como sede de los encuentros a los que van desde el gobernador Axel Kicillof hasta los gremialistas duros que tienen llegada a la vicepresidenta.

En ese ámbito, se definieron las diferentes actividades cristinistas que fueron un acto en el conurbano bonaerense, otro en Chaco, uno (frizado) en La Rioja y una marcha realizada la semana pasada hasta la Plaza Lavalle, enfrente del Palacio de Tribunales, donde tienen sus despachos los miembros de la Corte Suprema de Justicia. La movida fue bastante floja a pesar de contar con la presencia de pesos pesados de ese espacio como Axel Kicillof, Wado de Pedro Andrés Larroque.

Este lunes, se volvió a reunir la mesa de Ensenada. Con un abundante asado ofrecido por Mario Secco, la charla duró desde las 19 horas hasta la medianoche. Estuvo Axel Kicillof pero faltó Máximo Kirchner. Las diferencias políticas entre ambos son cada vez mayores. Sí estuvo Andrés "Cuervo" Larroque, hoy titular de "La Patria es el Otro", escisión de La Cámpora que creó el ministro social de Kicillof.

También fueron parte las cabezas de los partidos que conforman el Frente de Todos como Carlos Castagneto (Kolina), Diana Conti (Partido de la Victoria), Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro) y Leopoldo Moreau (Movimiento Alfonsinista). Y los gremialistas cristinistas como Walter CorreaRoberto BaradelHugo Yasky y Mario "Paco" Manrique, entre otros.

La novedad de esta "mesa" fue que se los invitó a Verónica Magario y Tomás Fernando Espinoza, vicegobernadora bonaerense e intendente, respectivamente, que representan el poder de los votos de la populosa La Matanza. La presencia del dúo político matancero significó un espaldarazo para la continuidad de Magario como compañera de fórmula de Kicillof en la búsqueda de la reelección provincial.

Pero como CFK no define nada ni da señales concretas, la idea de coronar el "operativo clamor" con un acto masivo el próximo 25 de mayo, se desinfla. En primer lugar, porque nunca la ex mandataria encabezó un acto en la Avenida 9 de Julio, que confrontaría con el millón de personas que convocó Raúl Ricardo Alfonsín en 1983. Y también, con las casi 400 mil personas que la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto logró en el cierre de campaña de la elección que perdieron en 2019.

Y fundamentalmente, porque la masividad de un acto depende de cuál sea la definición de Cristina: si fuera para patear el tablero y volver a competir por la Presidencia, la idea de un acto multitudinario cobraría vigor. Si fuera para bendecir a una fórmula única del Frente de Todos, tendría otro valor. En cambio, si resultara que los nombres designados por ese espacio fueran solo para competir en una PASO contra otro candidato del Albertismo, las expectativas bajarían notablemente. Pasarían así, de pensar en "reventar" la 9 de Julio a pensar en alquilar un estadio de fútbol, directamente, reservar un teatro.

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